«Escribir es jugar. Y jugar es la manera más divertida de aprender.»
Ya he dado más de cincuenta veces la vuelta al Sol y siempre me ha gustado jugar con las palabras, y combinando palabras, he construido más de cien historias, sobre todo para niños, pero también para adultos y jóvenes.
Cuando escribo me gusta mucho utilizar el tándem humor-amor, como se inventó Charlot, primero haciendo una travesura divertida y después poniendo tierno al personal. Y nunca escribo para los niños, ni para los adultos, escribo para mí, y si soy suficientemente honesto con lo que me cuento, estoy seguro que gustará a más personas.
Si las palabras son las herramientas de mi oficio, la materia prima es la imaginación. Imaginar es crear. Además soy muy curioso, la curiosidad, las ganas de conocer, son el gran motor de la humanidad. Pero no es suficiente con la curiosidad, la imaginación y las palabras para escribir. Es necesaria otra cosa fundamental: la emoción, los sentimientos, el amor. La emoción da intensidad a las historias. Si escribes sobre una nube, debes transformarte, mediante la imaginación, en nube, pero, sobre todo, ¡debes sentir como una nube! Entonces escribirás con intensidad.
Mi trabajo es extremo, o te pasas mucho rato solo, concentrado, o bien, tienes que participar en actos sociales. Uno debe saber estar solo y acompañado. Las dos cosas son importantes. Pero la vida no es para escribir, la vida, sobre todo, es para vivirla. Leer nos da pistas, herramientas, pero es la experiencia vivida lo que nos acercará a la sabiduría. Por eso prefiero vivir más que escribir. Porque vivir es explorar, y, mientras uno explora, se llena la cabeza de ideas y el corazón de sentimientos, y eso me hace sentir más vivo que nunca.
Ahora, cuando miro atrás, ya no me arrepiento de las cosas que no hice, sobre todo miro las que he realizado, y eso me da una fuerza alegre para continuar explorando los misterios de la vida.
Jugando con las palabras he ganado algunos premios. Dos veces el de cuentos infantiles que convoca el Hospital de Sant Joan de Déu junto con la Galera y el Círculo de Lectores. También el premio de cuentos que convoca la revista Cavall Fort. El premio Serra d’Or al mejor cuento infantil publicado en 2004. El premio Cifrè de Colonya de liretaruta infantil.Y he quedado finalista en el concurso de literatura infantil y juvenil de la editorial Barcanova con la novela Nàufrag.
Muchos de mis libros se han traducido a castellano, y algunos al italiano, gallego, euskera, chino, inglés, coreano, francés y braille.
Joan de Déu Prats