Una leyenda en cada esquina – Diario ADN

Medio: Diario ADN
Escribe: Alba Serrano
Fecha: 17 de noviembre de 2008
Ref.- Leyendas de Barcelona

Las leyendas sitúan a las figuras de la mitología griega y los Evangelios en Barcelona. Así lo recoge el escritor Joan de Déu Prats en uno de sus más de setenta libros, Leyendas de Barcelona.

La obra repasa la influencia que distintas fábulas podrían haber tenido en los nombres de distintos lugares o incluso en el de la propia capital catalana. Una de las leyendas que incluye el libro cuenta que Hércules bautizó la ciudad porque fue el lugar donde encontró un navío extraviado, concretamente la novena barca (barcanona) de un séquito que quería fundar una urbe.

Siglos después, otros personajes se encargaron de definir el clima y el paisaje de Barcelona. Según un mito, la silueta de Collserola es la de un gigante que cayó rendido después de defender la ciudad del sitio de Almanzor y se convirtió en piedra. Quien se encargó de regarla haciendo que llueva cada año durante las fiestas de la Mercè es Santa Eulàlia, que se enfadó cuando el rey Jaume I la destituyó como patrona.

La superstición llega hasta nuestros días, cuando todavía hay quien asegura que los incendios que ha sufrido el Liceu son culpa de unos frailes enterrados allí o que en la calle Provença habita un fantasma que quiere vengarse porque fue despedido.

Tres historias


Plaza de Sant Jaume

La plaza de Sant Jaume, donde en la actualidad se encuentran el edificio consistorial y el Palau de la Generalitat, fue, según cuenta una leyenda, el sitio en el que se construyó la primera iglesia de la ciudad. El templo se dedicó al primer hombre que viajó a Barcelona para pregonar el cristianismo, San Jaime.

Portal de l’àngel

El Portal de l’àngel formó parte de las antiguas murallas de Barcelona. Aunque hoy es uno de los lugares más concurridos de la ciudad, en el siglo XV fue un lugar solitario pero seguro. Los que se paraban a descansar allí confiaban en la protección del ángel de la guarda, y por eso le pusieron su nombre al portal.

El Tibidabo

Los Evangelios cuentan que Jesús solía ir a reflexionar a un monte, donde en una ocasión un demonio intentó tentarlo prometiéndole en latín que se lo daría todo («tibi dabo»). Por eso se cree que, aunque la ocurrencia del demonio no tuvo éxito, éste podría haber bautizado así la cima de Collserola.