Radio nacional de españa, Los Libros

Mitjà: RTVE
Escriu: Pablo-Ignacio de Dalmases
Data: 11 Març 2003
Ref.- Terra de castells

Es difícil imaginar el paisaje español sin la silueta de los castillos, y eso que guerras, climatología, derribos ordenados por la autoridad real, peripecias familiares e incuria han convertido en ruinas muchos de ellos, antaño imbatibles. Pero aún así, los que quedan ejercen como testimonio fehaciente de que la península fue tierra de enfrentamientos seculares y que su historia ha estado determinada por la existencia de sólidas soberanías feudales que funcionaban asentadas precisamente en la fuerza de los señores de tales fortalezas. Cataluña no es una excepción y según Joan de Déu Prats, en su libro Terra de castells, que publica Barcanova, llegó a haber entre 600 y 900, de los que quedan muy pocos en pie y tan sólo 22 se pueden visitar. Según dicho autor, “donde quedan más castillos en Cataluña es en tierras de Lérida, en La segarra y La Noguera” y la razón es muy sencilla: fue la zona en la que hubo más encuentros bélicos durante la edad media entre cristianos y sarracenos.

Prats se propuso hacer un recorrido excursionista por los castillos catalanes y lo realizó utilizando los transportes públicos -siempre que fue posible el tren, cuando no, el autobús y en todo caso, sus propias piernas con el fin de intentar acceder a cada una de las principales fortalezas que aún resisten el embate del tiempo en mejor o peor estado, tales las de Vilassar de Dalt, Burriac, Santa Florentina, Palafolls, Montsoriu, Farners, Castell d’ Aro, Calonge, Vulpellac, La Bisbal, Peratallada y Torroellla de Montrgrí.

A diferencia de las guías convencionales, Terra de castells es un libro de viajes y, por tanto, de impresiones íntimas, en el que Prat describe sus itinerarios de forma muy personal, explicando la forma en que llegó a cada castillo, cómo fue recibido -en más de uno, de propiedad particular, le dieron con la puerta en las narices y hubo de conformarse en contemplarlo por fuera, cómo es el ambiente que le rodea, pues muchos de ellos, como fruto de la expansión urbana, están en medio de núcleos de población surgidos en torno a su perímetro y hasta los problemas derivados de su propio itinerario viajero (los lugares donde dejaba la mochila antes de emprender alguna ascensión o las tabernas y posadas donde comía o le guardaban la mochila).

Terra de castells es por tanto un libro vivo, pero a la vez no exento de erudición, porque el autor se ha documentado para explicar los orígenes y peripecia de cada fortaleza, aunque todo hay que decirlo, no deja de sorprender que, a pesar de lo que dice Prats sobre la abundancia de castillos en la provincia de Lérida, haya optado por circunscribe en este libro a visitar los situados en el litoral norte de Barcelona y en la de Gerona. ¿Nos sorprenderá pronto con una segunda parte dedicada a aquella otra zona? Así lo esperamos.